Cali, 30 de septiembre de 2014
En la Foto, líderes y liderasas comunales del municipio de Dosquebradas Risaralda, en proceso de formación en gestión del riesgo de desastres, lideado por el Ministerio del Interior, la Ferderación Nacional de Juntas de Acción Comunal, capítulo Risalada/Dosquebradas y Ecopetrol en el año 2013. Fuente: Henry A, Peralta
En el año 2005 líderes y lideresas de 168 países de todo el
mundo se reunieron en la ciudad de Hyogo Japón, para dialogar sobre los retos
que implicaba la construcción de un mundo más seguro, justo, con menos riesgos
y más resiliente a los desastres. El Tsunami de 2004 en el océano índico,
significó un fuerte campanazo de alerta para las naciones y comunidades, el
cual motivó que se realizara un alto en el camino para revisar la relación
existente entre la sociedad y la naturaleza, desde una perspectiva de
desarrollo local sostenible. Esto con la finalidad de plantear soluciones de
las problemáticas actuales, que han revelado las condiciones de vulnerabilidad,
debilidades de la sociedad, para enfrentar la ocurrencia de eventos naturales
potencialmente peligrosos como sismos, inundaciones, tsunami, deslizamientos,
huracanes, erupciones volcánicas, etc.; así como eventos de origen humano asociado
a la transformación del paisaje natural, al uso insostenible e inadecuado
recursos naturales que degradan al agua, el aire, el suelo y los bosques
asociadas prácticas inadecuadas del desarrollo, que tienen relación con
factores socio-culturales, económicos-productivos, políticos-institucionales y
ambientales (físicos-naturales).
Como respuesta a esta crisis mundial la Estrategia
Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres de la Organización de
Naciones Unidas, promovió entre los gobiernos la firma de un acuerdo para
hacerle frente a esta realidad, el cual se denominó: Marco de Acción de Hyogo 2005-2015: aumento de la resiliencia de las
naciones y las comunidades ante los desastres, el cual se sustenta en cinco
principios básicos: 1). El velar por que
la reducción de los riesgos de desastres constituya en una prioridad nacional y
local, dotada de una sólida base institucional de aplicación; 2). Identificar,
evaluar y vigilar los riesgos de desastres y potenciar la alerta temprana; 3). Utilizar los
conocimientos, las innovaciones y la educación para crear una cultura de la
seguridad y resiliencia a todo nivel; 4). Reducir los factores de riesgo subyacentes
y 5). Fortalecer la preparación para casos de desastre a fin de lograr una
respuesta eficaz.
Como bien lo plantea UNISDR,…las autoridades locales se enfrentan a la amenaza de los desastres en
el día a día y necesitan un mejor acceso a las políticas e instrumentos para
tratar eficazmente con ellos. El Marco de Acción de Hyogo para 2005 - 2015:
Aumento de la resiliencia de las naciones y comunidades ante los desastres
ofrece soluciones para los gobiernos locales y los actores locales para
gestionar y reducir los riesgos urbanos. La reducción del riesgo urbano ofrece
oportunidades para inversiones de capital a través de actualizaciones y mejoras
de infraestructura, la creación de modernizaciones para la eficiencia
energética y la seguridad, la renovación urbana y la renovación, energías más
limpias y mejorar los barrios marginales. Los gobiernos locales son el nivel
institucional más cercano a los ciudadanos y sus comunidades. Juegan el primer
papel en la respuesta a las crisis y emergencias y en la atención a las
necesidades de sus electores. Ellos prestan servicios esenciales a sus
ciudadanos (salud, educación, transporte, agua, etc.), que deben hacerse
resistentes a los desastres.
El concepto de la resiliencia tiene sus orígenes
principalmente en la biología y en la física, este ha sido utilizado para
explicar la capacidad de un elemento para resistir impactos, recuperarse
rápidamente y volver a su estado normal (un resorte por ejemplo). Hoy el
concepto que se acuña, se usa, se transforma y también evoluciona como parte de
la gestión del riesgo de desastres, para explicar y como lo define muy bien Gustavo
Wilches Chaux, en palabras sencillas: La
Resiliencia es la palabra científica para expresar la ¡Berraquera de la Vida!…
Es la capacidad de una Araña para volver a tejer la telaraña después de un
balonazo. La resiliencia implica entonces resistir y que en palabras de
Wilches, significa la capacidad de una
telaraña para aguantar un balonazo.
¿Qué es la resiliencia comunitaria?
A nivel comunitario la resiliencia se puede definir como las
capacidades internas y externas que tienen las comunidades para enfrentar y
resistir las crisis de todo tipo haciendo uso eficiente de sus recursos
internos fortalecidos en procesos organizativos y de recursos externos gestionados
previamente, que permitan su recuperación de manera rápida, segura y
eficientemente, cuyos aprendizajes permitan transformar sus debilidades en
capacidades, adaptándose a los cambios e incrementando su seguridad frente
acontecimientos futuros.
Para hacerse resiliente a los desastres las comunidades deben
conocer mejor su territorio, para invertir sabiamente y construir de manera
segura los territorios. Se puede decir que el eje de la resiliencia está en el
fortalecimiento y/o construcción principalmente de capacidades endógenas y exógenas
como complemento, para lo cual y en palabras nuevamente de Wilches: la unidad, la intuición, la comunicación,
la identidad, el sentido de pertenencia, el liderazgo, así como como la
seguridad afectiva, emocional y cultural cumplen un papel fundamental en el
propósito de construir resiliencia.
Hoy la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del
Riesgo de Desastres – UNISDR, promueve en las ciudades y los gobiernos locales el
desarrollo de resiliencia, a través de una Campaña Mundial de reducción del
riesgo de desastres: "Desarrollando Ciudades Resilientes" la cual aborda
temas de gobernabilidad local y riesgo urbano.
Las Juntas de Acción Comunal constituyen en lo local el
primer nivel de gobierno que tiene una interacción directa con los ciudadanos y
ciudadanas. Son los escenarios más locales del territorio como el barrio, la
comuna, la vereda y el sector, en los que los riesgos no manejados se
materializan en desastres y es donde los riesgos también se producen, se
acumulan y se reproducen. Es precisamente en estos niveles más locales por
donde debería empezarse a reducir el riesgo de desastres existentes y
potenciales. Por eso la construcción de resiliencia local, que tiene que ver
con la creación y/o fortalecimiento de capacidades locales es el primer paso
para lograr territorios más seguros y ambientalmente sostenibles.
La Ley 1523 del 24 de abril de 2012 por la cual se adopta la
política pública para la gestión de riesgos de desastres de Colombia, se
constituye en una oportunidad para las Juntas de Acción Comunal, para incidir
de manera positiva en la construcción de un nuevo país, que desde un enfoque
integral y moderno integre en sus procesos de planificación territorial, el
riesgo y el desarrollo como temas de una misma agenda, históricamente considerados
de manera aislada. Lo anterior
permitiría la construcción de nuevos y mejores procesos de relación entre la
sociedad y la naturaleza, desde una perspectiva de desarrollo local sostenible,
con la finalidad de lograr la seguridad territorial, el mejoramiento de la
calidad de vida. Hoy el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres, le
apunta al cumplimento de un objetivo primordial, expresado en la premisa de Hacer a Colombia menos vulnerable y más resiliente
ante los desastres.
Es así como la acción comunal desde sus espacios legítimos
para la toma de decisiones y articulando sus principios rectores puede
movilizar acciones en la base social y comunitaria para promover la reducción
del riesgo de desastres de manera anticipada para la construcción de
resiliencia. Es el escenario idóneo para promover en lo local el
fortalecimiento comunitario en gestión de riesgos como estrategia de desarrollo
social y comunitario, integrando los procesos del conocimiento del riesgo, la
reducción de riesgos y manejo de desastres, tal como lo define la Ley 1523 de
2012.
La Campaña Mundial de UNISDR para la reducción de riesgos y
el desarrollo de resiliencia llama la atención en la necesidad de: …Hacer comunidades y ciudades resilientes es
responsabilidad de todos: gobiernos nacionales, asociaciones de gobiernos
locales, organizaciones internacionales, regionales y la sociedad civil, los
donantes, el sector privado, instituciones académicas y asociaciones
profesionales, así como todos los ciudadanos deben participar. Todas estas
partes interesadas deben estar a bordo, asumir su papel y contribuir a
construir comunidades y ciudades resistentes de desastres…
La acción comunal como en el nivel administrativo y político
más cercano a las realidades sociales, del cual hacen parte los individuos, la
familia y la comunidad, tiene hoy una oportunidad estratégica para revindicar
sus derechos e intereses colectivos en beneficio de la comunidad, además de
asumir el reto que hoy nos plantea la Ley 1523 de 2012, desde los principios de
corresponsabilidad, reciprocidad y subsidiaridad para aplicar la gestión del
riesgo como una oportunidad para saldar las deudas del pasado con el desarrollo
y construir unas mejores condiciones de vida para todos, sentando las bases
para las nuevas generaciones de colombianos y colombianas.
Comprometidos con la gestión del riesgo de desastres, la Federación de Juntas de Acción Comunal de Colombia, discutirá sobre el tema de la resiliencia comunitaria en su XXIV Congreso Nacional de la Acción Comunal, a realizarse entre el 14 y 17 de noviembre de 2014 en la ciudad de Medellín. Como promotor de Colombia de Campaña Mundial Desarrollando Ciudades Resilientes, resalto esta iniciativa que lidera la Federación de Juntas de Acción Comunal para promover la reducción del riesgo de desastres en el marco de la aplicación de la Ley 1523 de 2014.
Ese es el reto que las comunidades organizadas deben afrontar
con el propósito de construir unos territorios y condiciones de vida mejores!
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